En el municipio de Pahuatlán, ubicado en la Sierra Norte de Puebla, se localiza una importante comunidad indígena llamada Bité, nombre que en el idioma hñähñu u otomí, significa “al pie del cerro”. A este pueblo también se le conoce como San Pablito. Localidad en la que además de la agricultura -maíz, cacahuate, caña de azúcar, café y árboles frutales-, la fabricación de papel de corteza o amate es una de sus principales actividades -ya sea para uso ceremonial o comercial-.
El papel ocupa un lugar central en la ritualidad de San Pablito. En la cosmovisión otomí, el mundo también se encuentra poblado por los Nzahki, espíritus o fuerzas vitales, que poseen todos los seres naturales y sobrenaturales, y a los que se les deben procurar ofrendas y ceremonias a través del badi, “El que sabe” o “brujo-curandero”. Entre los ritos más importantes se cuenta el llamado Tibetit que se efectúa en la milpa para “bautizar a las semillas”, proteger la siembra, agradecer y pedir una buena cosecha. En esta ceremonia, el badi recorta figuras en papel amate o papel de china de colores, que representan cada semilla de cultivo. Al cortar, el “brujo” dota a la figura de papel del poder simbólico curativo o propiciatorio.
La presente exhibición se compone de dos núcleos. El primero, dedicado al papel recortado de uso ceremonial en la milpa; y el segundo, a la implementación del papel recortado como objeto artesanal y decorativo que ocurrió hacia los años setenta del siglo XX.